VII Seven Solidario de Arroyo, 26/12/15
El sábado amanecía en la localidad de Arroyo de la Encomienda mientras la niebla, tímida, se disipaba. La fría noche vallisoletana daba paso al ultimo sábado del año, un sábado más para muchos, el “SÁBADO” para unos pocos que vivimos este día como algo muy especial. El último sábado del año es, desde hace siete, el día en que se celebra el “TORNEO SOLIDARIO SEVEN NAVIDEÑO DE ARROYO”. En otra ocasión hubiera escrito sobre desarrollo del juego, resultados, aplicación de juego y otras incidencias deportivas, pero lo que sucedió ayer en la Vega de Arroyo supera ampliamente lo deportivo y es demasiado especial como para restringirlo a la trivialidad de un marcador.
Ayer en Arroyo se pudo ver, vivir y sentir la esencia pura de un deporte. Un deporte que como una hiedra sobrepasa la demarcación del terreno de juego para invadir el corazón de quien se aproxima en algún momento a el. Cualquiera podría intuir simple sufrimiento en las caras de jugadores congeladas por las fotografías, pero esas expresiones van mas allá y reflejan el sumun de la felicidad y la satisfacción por el esfuerzo y la entrega sin condiciones y sin más objetivo que compartir Rugby. Y en torno a los que juegan, los que acompañan, elemento fundamental que percibe ese sentimiento y lo amplifica hasta crear la atmósfera de convivencia y armonía que se vive en un campo donde se practica Rugby.
Día de fiesta para la Familia del Rugby Arroyano, los Ornitorrincos, en el que nos vinieron a acompañar desde Burgos, Madrid, Palencia, Salamanca, Zamora, Ávila, Galicia… Día en el que el nombre de los equipos era lo de menos, pues los jugadores cambiaban sus camisetas para jugar primero con y luego contra ya que, el sábado, la casusa no era otra que llevar ilusión en forma de juguetes.
Gracias a todos los que, de un modo u otro, lo hacéis posible.