El sábado día 4 sonaba la campana del inicio de liga, se abría el parqué de la liga regional y era momento de demostrar la solidez de unos activos gestionados a lo largo de la pretemporada. La piedra de toque tenía lugar en los campos de Pepe Rojo frente al holding chamizo, un equipo correoso dentro y fuera del terreno de juego.
Desde el saque inicial se impuso el dominio del equipo rojo que barrió en las fases estáticas con un juego en el que delantera y línea mostraron el entendimiento y ajuste ausente en la temporada pasada. La mínima posesión de los chamizos fue defendida con contundencia impidiendo el acercamiento a la línea de marca. Con este panorama se llega al ecuador que mostraría un rotundo y clarificador marcador de 0-31.
En la segunda mitad se haría sentir el ritmo marcado a lo largo de los primeros cuarenta minutos, momento que aprovecharían los locales para sanear su marcador con dos tempranos ensayos. No obstante los ornitorrincos hicieron uso del comodín de la casta y la entrega, algo que no se aprende en ninguna escuela, para retomar el control del partido hasta el pitido final y concluir con un contundente 14-46.
Se esfuma así uno de los fantasmas de la temporada pasada y se abre la puerta a un nuevo periplo en el que está claro que lo importante es cómo juegas y no cómo te llamas. El Rugby Arroyo ha probado que su mejor baza es el trabajo duro, la ilusión y el ofrecer a sus jugadores la posibilidad de disfrutar jugando al rugby y de demostrar que en el rugby no todo es blanco o negro.
Con Regino Franco al frente conformaron el plantel de Arroyo; Dani, Jonatan, Gordini, Jesús, Nacho, Fernando, Pedro, Ramiro, Charly, Juan, Lamela, Murciego, Eduardo, Adrián, Negueruela, Bernier, Carracedo, Rubén Rojo, Raúl Fernández, Manso, Pablo Castro, Julito, Mendy, Pablo Izquierdo, Maiky.